La Investigación y Desarrollo (I+D) es un pilar fundamental que impulsa la innovación, constituyendo un elemento esencial para el avance de la sociedad y la economía. Para comprender este contexto, nos basaremos en dos de los principales manuales de la OCDE que han tenido una gran acogida y adaptación a nivel internacional en estas temáticas: el Manual de Frascati y el Manual de Oslo.
En este artículo, exploraremos cómo estos manuales proporcionan directrices esenciales para la comprensión y medición de las actividades de I+D y la innovación, influyendo en la construcción de políticas y estrategias a nivel internacional para su gestión y desarrollo.
I+D según el Manual de Frascati: comprendiendo los conceptos básicos
El Manual de Frascati, publicado por la OCDE en 1963, establece las bases para comprender la I+D. Define esta actividad como «el trabajo creativo y sistemático realizado con el objetivo de aumentar el volumen de conocimiento (incluyendo el conocimiento de la humanidad, la cultura y la sociedad) y concebir nuevas aplicaciones a partir del conocimiento disponible». Este manual percibe a la Investigación y Desarrollo (I+D)como un pilar que contribuye a la innovación en una economía del conocimiento, además de jugar un papel crucial en la definición de políticas de gobierno desde la creación de nuevo conocimiento.
El manual proporciona una guía que permite definir una actividad como I+D, cumpliendo cinco criterios básicos:
- Novedad: Debe estar orientada a nuevos descubrimientos, creando nuevo conocimiento, especialmente en el contexto empresarial.
- Creatividad: Se basa en conceptos e hipótesis originales que no son obvios, implicando nuevos métodos que mejoran o cambian el conocimiento existente.
- Incertidumbre: Existe incertidumbre respecto al resultado final, variando según el área de conocimiento y el tipo de investigación.
- Planificación: Debe estar planeada y presupuestada, con un registro del proceso y sus resultados.
- Transferibilidad: Los resultados deben ser reproducibles o transferibles, generando conocimiento que puede ser utilizado por otros, incluso si el resultado es negativo.
Innovación en el Manual de Oslo: la innovación como meta
El Manual de Oslo, que complementa al Manual de Frascati en la medición de las actividades de innovación tecnológica, define la innovación como “la introducción de un nuevo o significativamente mejorado producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de marketing o de un nuevo método organizativo en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores”.
Este documento distingue, además de las actividades de I+D, a las operaciones científicas, tecnológicas, organizativas, financieras y comerciales que conducen a la introducción de innovaciones. Para que algo se considere innovación, debe haber sido “introducido” en el mercado, la organización o la sociedad.
La comprensión de la distinción entre I+D e innovación permite mejorar su concepción, gestión y medición, así como los resultados esperados de ambas actividades, sin olvidar la alta interrelación entre ellas.
Impacto en políticas y estrategias
Estos manuales no son solo documentos teóricos; también son herramientas prácticas que influyen en las políticas y estrategias de los gobiernos y las organizaciones. Los incentivos gubernamentales, subsidios y exenciones fiscales se diseñan con base en las recomendaciones de estos manuales para fomentar la I+D y la innovación.
La contribución de la Investigación y Desarrollo (I+D) a la competitividad global es innegable. Las naciones, sociedades y corporaciones que invierten en estas actividades no solo avanzan en la frontera del conocimiento, sino que también se destacan en la creación de productos y servicios innovadores, fortaleciendo así su posición en la economía mundial.
Beneficios de la I+D+i en las empresas
La implementación de la I+D+i en las empresas no solo impulsa la innovación y el desarrollo propio, sino que también brinda acceso a una serie de beneficios y mecanismos de incentivos ofrecidos por el gobierno para fomentar estas actividades. La generación de conocimiento a través de la I+D+i es una forma de contribuir al crecimiento económico y a la creación de políticas que promuevan la innovación. Al hacerlo, las empresas pueden beneficiarse de ventajas financieras y fiscales en su país, al tiempo que contribuyen al avance tecnológico y al desarrollo sostenible.