La innovación y la gestión del conocimiento tienen un papel determinante en la adaptación, el crecimiento y el éxito de las empresas en un entorno hipercompetitivo, con mercados dinámicos y condiciones cambiantes. Las actividades de I+D+i son palancas en el impulso de la productividad y la competitividad; y claves, para afrontar la transición digital y sostenible.
Según las Directrices Generales de la Nueva Política Industrial Española 2030, uno de los retos de la economía española es lograr incrementar la inversión pública y privada en I+D+i, para garantizar el crecimiento económico e impulsar la competitividad y la productividad del país.
Concretamente, la palanca de la inversión pública en I+D+i es vital para lograr una inversión privada adicional. La Unión Europea ha fijado un objetivo ambicioso del 3% del PIB en inversión en I+D+i, por ahora, lejos del 1,44% registrado en España en 2022. Por lo tanto, se prevé que durante los próximos años se continúen impulsando los instrumentos e incentivos a las actividades en I+D+i de las empresas.
Requisitos para la obtención de financiación pública en I+D+i
Tras tener el proyecto de I+D+i identificado, hay que determinar el alcance, el coste y el tiempo del proyecto, y definir objetivos claros.
Este grado de definición es imprescindible, ya que el plan del proyecto y la descripción del proyecto tendrán que detallarse en los documentos o memorias técnicas explicativas solicitadas por la administración.
Si bien el proyecto puede ser innovador, una ausencia de estructura y coherencia en el planteamiento puede llevar a valoraciones insuficientes que lleven a su desestimación o denegación para ayudas públicas.
En segundo lugar, la consecución de ayudas a la I+D pasa por una defensa sólida de la innovación en el proyecto, contrastando el grado de desarrollo de las tecnologías en el mercado actual y la diferenciación tecnológica que aporta el proyecto.
Más allá de estas dos generalidades aplicables a todo tipo de convocatorias, hay criterios adicionales del proyecto que pueden ser determinantes; como la temática o ámbito tecnológico, el presupuesto, la duración, entre otros. En estos casos, el potencial de financiación de un proyecto dependerá de los requisitos específicos de cada convocatoria.
Finalmente, cabe destacar que también existen requisitos generales en el marco normativo en materia de ayudas, con regulaciones a nivel europeo y nacional que condicionan que una empresa pueda ser beneficiaria de ayudas públicas.
Estos requisitos pueden ser muy variados e incluir desde limitaciones según las actividades económicas que realiza la empresa (CNAE), el cumplimiento de la Ley de Morosidad, los estados financieros de la empresa o estar al corriente de pago de las obligaciones con las diferentes administraciones.
Por lo tanto, para determinar si un proyecto puede optar a ayudas públicas a la I+D+i es imprescindible revisar escrupulosamente el cumplimiento de los requisitos como beneficiario y en segundo lugar valorar si el proyecto está definido de manera clara e incorpora elementos de innovación tecnológica.
Las ventajas de la financiación pública
Los proyectos de I+D+i suelen ser estratégicos para el desarrollo del plan de negocio y el crecimiento empresarial. En muchas ocasiones las empresas están decididas a llevar a cabo el proyecto al margen de si obtienen alguna ayuda pública. Sin embargo, cabe destacar el efecto incentivador de la financiación pública.
Gracias a esta financiación se puede producir una aceleración de los proyectos, es decir, realizarlos en menos tiempo o con un mayor alcance. Además, muchas convocatorias ofrecen anticipos de la financiación que pueden ayudar a iniciar los proyectos gracias a esta disponibilidad de una parte importante del capital necesario para la inversión.
Adicionalmente, los fondos públicos para realizar el proyecto favorecen el acortamiento del periodo de retorno de la inversión en I+D respecto a un escenario sin esta financiación.
También es relevante destacar que a menudo se pueden encontrar fórmulas mixtas de ayudas en las que se contemplan subvenciones y préstamos blandos a condiciones más favorables que las de mercado. Asimismo, en determinados casos, las ayudas pueden ser compatibles con otros incentivos a la I+D, como las bonificaciones, el patent box o las deducciones fiscales a la I+D.
Más allá de estos beneficios económico-financieros, obtener una ayuda pública supone un sello de calidad a la empresa y a la apuesta por la I+D, ya que, en muchas ocasiones, las convocatorias se rigen por concurrencia competitiva.
Este reconocimiento favorece la visibilidad de las iniciativas del beneficiario y dinamiza las oportunidades de negocio y de colaboración con terceros.
El riesgo tecnológico tiene premio
Se consideran actividades de I+D+i aquellas que incorporan nuevas tecnologías, herramientas, nuevos diseños o procesos disruptivos en comparación con las técnicas comúnmente usadas en el sector. En función del grado de madurez de las nuevas tecnologías a utilizar (TRL, del inglés Technology Readiness Level), pueden ser necesarias varias etapas de pruebas y validaciones hasta la obtención de la solución comercial o definitiva. Estas fases suelen ser sucesivas para acercar el producto, servicio o proceso al mercado final y pueden comprender desde ensayos a escala de laboratorio, prototipos o pruebas en entornos reales.
Habitualmente, los instrumentos de financiación de la I+D+i suelen reconocer el esfuerzo y riesgo de las actividades innovadoras con condiciones más favorables para las actividades con mayor riesgo tecnológico y alejadas del mercado. Por lo tanto, una correcta identificación de los TRL de los proyectos y una buena justificación del grado de novedad y madurez tecnológica son claves para maximizar las ayudas o beneficios fiscales para estas actividades.
Esto significa que, un proyecto que incluya actividades de investigación industrial podrá optar a una mayor financiación pública que un proyecto de desarrollo experimental de innovación. De esta manera, las administraciones públicas fomentan el crecimiento y desarrollo económico basado en la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías.
Futuros verde y digital de la mano de la I+D+i
La Unión Europea apuesta por la innovación hacia una transformación verde y digital que, junto con la incorporación de nuevas tecnologías, favorezca la competitividad empresarial y mejore el posicionamiento de las empresas europeas en el mundo. Para ello, se canalizan mecanismos de ayudas públicas que cofinancien proyectos de I+D empresariales a través de las diferentes administraciones.
La concurrencia para la obtención de estas ayudas suele ser muy alta y por ello es importante que los proyectos sean claros, estén bien definidos y que alineados con las diferentes convocatorias de ayudas. Adicionalmente, es imprescindible asegurar el cumplimiento de los requisitos de las diferentes convocatorias, tanto a nivel de proyecto, como para garantizar la elegibilidad de las empresas.
Gracias a las ayudas públicas, las empresas pueden impulsar sus proyectos con una mayor seguridad económica y financiera que mitiga parcialmente el riesgo que supone la inversión en I+D. Además, dinamizan las oportunidades de colaboración desarrollo y mejoran la proyección de la empresa en el mercado.
En FI Group contamos con equipos especializados en los distintos programas de financiación que permiten ofrecer un servicio integral desde la conceptualización de la idea, la definición del proyecto, el análisis del mercado y estado del arte, dinamizar colaboraciones y coordinar propuestas. De esta manera, acompañamos nuestros clientes en todo el ciclo de vida de los proyectos, de inicio a fin, con la preparación de propuestas de financiación, la interacción con los organismos, la gestión de los expedientes, la justificación, las auditorías y los cobros hasta el cierre definitivo por parte de la administración.
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