Carmen Ovejero, head of Agrifood & Bioeconomy Unit en FI Group, comparte su visión sobre la evolución del sector agroalimentario en los últimos cinco años, analizando los factores que han influido en su desarrollo, las estrategias adoptadas por las empresas, y las tendencias tecnológicas emergentes que marcarán el futuro.
Factores influyentes en la evolución de la industria agroalimentaria
Para Carmen, el factor geopolítico ha sido crucial, ya que las tensiones internacionales han afectado a la estabilidad de los mercados. Los cambios en los acuerdos comerciales y la imposición de aranceles han tenido un efecto directo en la competitividad y las exportaciones de productos agroalimentarios.
Además, la pandemia de COVID-19 puso de relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro, evidenciando la dependencia de ciertos países en recursos específicos, como el agua y la tierra cultivable. Esta situación ha llevado a la necesidad de estudiar políticas que aseguren el acceso a alimentos y promuevan una mayor autonomía en España.
Otro aspecto clave, ha sido la apuesta por la innovación tecnológica en la industria alimentaria. La adopción de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, el Internet de las cosas (IoT), la automatización o la biotecnología; ha mejorado la eficiencia y la productividad en la producción y procesamiento de alimentos. Estas tecnologías han contribuido a aumentar la producción y sostenibilidad, asegurando alimentos más sanos y seguros.
La resiliencia de los sistemas alimentarios también ha cobrado importancia en el contexto del cambio climático. La creciente preocupación por el medio ambiente ha impulsado al sector a implementar prácticas agrícolas más sostenibles, y a reducir las emisiones de carbono a través de inversiones en tecnologías verdes. Gobiernos y organizaciones internacionales han implementado políticas para promover el uso de energías renovables y proyectos que fomenten la bioeconomía circular.
Por su parte, el cambio en los hábitos de consumo ha sido notable. Los consumidores muestran un creciente interés por alimentos saludables, orgánicos y de origen local, lo que ha aumentado la demanda de productos frescos y mínimamente procesados. Tal como apunta Ovejero: “este hecho ha impulsado la implementación de tecnologías como el blockchain para mejorar la trazabilidad, y garantizar la transparencia en la cadena de suministro. Además, de un creciente interés en alimentos que no solo nutran, sino que también ofrezcan beneficios adicionales para la salud, como los probióticos y los suplementos nutricionales.”
Estrategias empresariales en la bioeconomía
Carmen subrayó que las empresas del sector agroalimentario están adoptando diversas estrategias para integrar principios de bioeconomía en sus operaciones, como, por ejemplo:
- Valorización de residuos: Apostar por tecnologías emergentes que conviertan residuos y subproductos, en nuevos productos de valor añadido.
- Modelos de economía circular: Implementar prácticas que minimicen los residuos, y maximicen el uso de recursos, incluyendo el reciclaje y la reutilización de subproductos.
- Alianzas estratégicas: Establecer colaboraciones con start-ups, organizaciones y gobiernos para desarrollar proyectos conjuntos que impulsen la sostenibilidad e innovación.
- Capacitación especializada: Ofrecer programas de formación técnica para asegurar que los empleados estén al tanto de las últimas innovaciones y prácticas sostenibles.
Desafíos de la bioeconomía
A pesar de los avances, Carmen nos cuenta que la bioeconomía enfrenta varios desafíos, tanto a nivel local como global. El marco regulatorio es un aspecto crucial en el desarrollo de la bioeconomía en España. La falta de directrices claras y específicas limita la innovación y la sostenibilidad en este sector. Es esencial establecer políticas que promuevan la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias, así como incentivos para que las empresas adopten prácticas sostenibles que beneficien tanto el medio ambiente como la economía.
Por otro lado, la falta de acceso a la financiación adecuada representa un obstáculo significativo para las inversiones en tecnologías emergentes. Muchos inversores tradicionales, así como bancos e instituciones financieras, no consideran estas iniciativas como rentables. Para abordar este problema, es vital crear un entorno financiero que apoye la innovación, incluyendo la formación de fondos específicos y el fortalecimiento del ecosistema de innovación mediante la colaboración entre empresas, universidades y centros de investigación.
A nivel global, la colaboración es clave para compartir conocimientos y tecnologías, aunque las diferencias en políticas y prioridades nacionales pueden dificultar esta cooperación.
El papel de las tecnologías emergentes
Según Ovejero, la sinergia entre la biotecnología y la inteligencia artificial está revolucionando la sostenibilidad en el sector agroalimentario. La biotecnología permite desarrollar cultivos más resistentes, reduciendo la necesidad de pesticidas y fertilizantes; mientras que la inteligencia artificial optimiza el uso de recursos mediante la monitorización en tiempo real de los cultivos.
Estas tecnologías no solo mejoran la producción, sino que también contribuyen a la reducción de la huella de carbono, y optimizan las rutas de transporte, lo que es esencial para un sector más sostenible.
Tendencias tecnológicas emergentes
Carmen Ovejero destaca varias tendencias tecnológicas que tendrán un impacto significativo en la industria de la bioeconomía en los próximos cinco años:
- Bioeconomía Circular: Enfocada en la reutilización y el reciclaje de recursos biológicos, minimizando residuos y maximizando el valor de los productos.
- Blockchain: Mejora la trazabilidad y transparencia en la cadena de suministro agroalimentaria, asegurando productos sostenibles y de alta calidad.
- Biorrefinería integrada: Convierte biomasa en bioproductos, bioenergía y biocombustibles, contribuyendo a la economía circular.
- Biología Sintética: Permite diseñar nuevos organismos para producir bioproductos de manera más eficiente y sostenible.
Finalmente, Carmen concluye que la evolución del sector agroalimentario está marcada por un compromiso creciente hacia la sostenibilidad y la innovación, lo que promete transformar la industria en los años venideros.