Recientemente se ha publicado el Informe “La competitividad fiscal de las entidades locales y de las comunidades autónomas. Factor determinante para su desempeño económico”, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Pues bien, en el mismo se analizan, entre otros aspectos, el impacto tributario de los impuestos locales. En esta ocasión, vamos a centrarnos en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles o IBI.
¿Qué es el IBI?
El IBI es un tributo directo, real, obligatorio y periódico, que grava el valor de la titularidad de algunos derechos reales que recaen sobre bienes inmuebles localizados en el municipio que recauda el tributo. Este impuesto constituye la figura más importante del sistema tributario español para los Ayuntamientos, tanto desde el punto de vista recaudatorio como del número de contribuyentes afectados por el mismo. En concreto, según el Informe anteriormente mencionado, en el año 2020, el IBI supuso un 67% del total de la recaudación de los tributos locales.
Por lo tanto, no es de extrañar que los Ayuntamientos puedan regular algunos aspectos relativos a la exigencia del IBI. Así, por ejemplo, pueden establecer exenciones a favor de los centros sanitarios de titularidad pública o de los inmuebles que tengan una cuota líquida que no supere la cuantía que la Ordenanza fiscal fije; fijar los tipos impositivos respetando los márgenes fijados por la normativa; incrementar, en determinadas circunstancias, los tipos impositivos; establecer tipos impositivos diferenciados (a excepción de los inmuebles de uso residencial); determinar tipos de gravamen reducidos en los municipios en los que entren en vigor nuevos valores catastrales; instaurar determinadas bonificaciones potestativas respecto de, entre otros, inmuebles de organismos públicos de investigación y de enseñanza universitaria, de inmuebles de interés cultural afectos a explotaciones económicas, de inmuebles en los que se desarrollen actividades económicas declaradas de especial interés o utilidad municipal, de grupos de bienes de características especiales o a favor de los sujetos pasivos que ostenten la titularidad de familia numerosa.
Esta potestad de los municipios provoca que existan diferencias a la hora de exigir el pago del IBI y, por lo tanto, en la recaudación por habitante de dicho impuesto.
¿En qué municipios se paga más IBI?
En relación con los tipos impositivos generales para bienes inmuebles urbanos, en 2022, Girona tiene el tipo impositivo más alto (1,01%), mientras que el tipo más bajo es el de Santander (0,4%). Por lo tanto, existe una diferencia de 0,61%, lo que supone que, por ejemplo, un inmueble con un valor catastral de 80.000 € tendría una la cuota tributaria de 804 € en Girona, mientras que en Santander es de 320 €, suponiendo una diferencia de 484,00 €.
Destaca el hecho de que, entre los ejercicios 2019 y 2022, fueron nueve gobiernos municipales los que han reducido la tributación del IBI en al menos un 10%. Entre ellos, destacan Pozuelo de Alarcón (Madrid), Sagunto (Valencia), Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) o Elda (Alicante). En este sentido, todos estos municipios presentan una competitividad fiscal que mejora en un 35,7% a la media nacional.
En el caso contrario, hay dos municipios en los que su presión fiscal es superior a la media nacional, como es el caso de Reus y Girona donde su tipo de gravamen general del IBI de urbano es de 71,7% y 61,5% respectivamente.
Finalmente, a través del Ranking de los municipios de España realizado por Idealista sobre cuáles son los municipios en los que han subido y bajado el IBI, las cuotas más altas se corresponden con las de Girona, Lleida y Tarragona. En contraposición, las cuotas más bajas son las de Toledo, Zaragoza y Santander.
En los últimos años ¿En qué municipios ha habido cambios significantes en el IBI?
Con respecto a la variación del tipo de IBI entre los dos años analizados, el municipio que efectuó mayor reducción del tipo general del IBI urbano fue Pozuelo de Alarcón (15%), seguido de Palma (12,7%) y de Barcelona (12%). En el polo opuesto, los municipios de Villarreal, Mataró y Mollet del Vallès presentaron las mayores subidas, todas ellas superando el 10%, ampliamente por encima de la media nacional.
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Departamento de Fiscalidad Inmobiliaria